Fui con el grupo a tocar al San Miguel Primavera Sound 2010. Por supuesto, sin cobrar. Es más, algo hubo que pagar. El hotel y la cena no corrían por cuenta del festival. La furgo, eso sí, nos salió gratis: nos colamos en la de Boat Beam. Gracias. En principio desde la organización nos dijeron que sería complicado conseguirnos entrada para el festival, aunque finalmente tuvimos cada uno la suerte de disponer de nuestra propia pulsera.
Tocábamos en el escenario Adidas. No había tiempo para pruebas de sonido. Tampoco para arreglar problemas sobre la marcha, porque los técnicos –normal– llevaban tantos grupos en un mismo día que les daba igual todo. Hicimos el concierto. Me comí un estribillo. Nos vieron unas cuarenta o cincuenta personas. Había más alrededor, pero estaban haciendo otras cosas que no tenían nada que ver con nosotros.
Como el escenario era de Adidas, nos regalaron una bolsa a cada uno con productos de la marca. Una camiseta, una chaqueta y unas zapatillas. Mi chaqueta era azul celeste y alguien debió llevársela por equivocación en el multitudinario y compartido camerino. Sí, uno de esos camerinos en los que hay de todo menos músicos. Me gusta la gente, no pasa nada. La chaqueta no demasiado, espero que al afortunado le quede mejor que a mí.
Las zapatillas las llevo puestas. Me han hecho un poco de callo en un lateral del pulgar izquierdo, pero son bastante cómodos. Yo tengo malos pies, todo hay que decirlo. Nos son estas, aunque me gustan, estoy contento. Está bien que haya festivales con tantas horas de música, aunque algunas, como la de mi propio grupo, no le importe a casi nadie, incluídos los propios organizadores; el caso es que aún pudiendo prescindir de todas estas bandas accesorias, no lo hacen… ¿Por qué? También les felicito por su poder de concentración de sponsors, medios asociados y colaboradores, hasta el último centímetro de terreno tiene la complicidad comercial de una marca, y eso no es sencillo.
Sólo tengo un deseo: Adidas me encanta, las rayas creo que estilizan, pero preferiría que el escenario en el que toque ¿el año que viene? lo patrocine un banco o incluso una caja de ahorros. Si lo normal es que te obsequien con productos de la casa, esta gente debería dar fajos de billetes, ¿no? O por lo menos facilidades para pedir préstamos que te permitan seguir tocando en festivales.
martes, 8 de junio de 2010
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Está clarísimo, es indignante que el trabajo (sea el de músico, repartidor de flyers o churrero, da igual) no esté retribuido, nada de promo gratis por aparecer en un cartel ni zapatillas de moda, me parece una tomadura de pelo y no entiendo como los "señores" promotores del festival tienen la cara y espalda de ni siquiera cubrir gastos a los artistas que van a "sumar" en la lista de grupos, vergüenza ajena. No cuidamos a los nuestros... y así nos va.
ResponderEliminarGracias Manu por haber compartido este post.
Un saludo
Pues a Sow Cow, Za y Stand Still, que yo sepa, les fue a ver bastante gente...a lo mejor el problema no es el escenario, no?
ResponderEliminareres un artístazo!
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